domingo, 16 de marzo de 2008

LA CONCEPCION DE LA PERSONALIDAD

Por: Lic. Manuel Antonio Alva Olivos

EL ORIGEN DE LA PALABRA "PERSONA"

Un siglo antes de J.C. los actores romanos adoptaron la costumbre, que habían implantado los griegos, de salir a escena con el rostro cubierto por una máscara.
Este artificio tenía dos finalidades:

1.- Representar lo que en el lenguaje de teatro actual se llama el personaje, es decir, el papel que el actor desempeña en el drama;

2.- Amplificar el sonido de la voz humana, lo que era posible para la forma en que estaba construida la máscara.

Los romanos llamaban a este artefacto persona (de per sonare, sonar a través de), y del latín ha pasado a todos los idiomas modernos.

Para comprender mejor los términos personología y personalidad, es necesario aclarar el sig­nificado de la palabra persona.

Tiene su origen en la lengua griega, significando etimológicamente “mascara”, es decir, algo asumido, que no es propio de uno, algo que no es sustancial sino añadido. Los actores del teatro se ponían máscaras (personas) para representar los distintos papeles de la pieza teatral; y éste es el origen del primitivo significado de la palabra.

¿Qué es exactamente la personalidad?


La palabra personalidad, al igual que la de”persona”, deriva del latín “personam”, palabra que designaba a la máscara con que cubrían su rostro los actores durante las representaciones dramáticas. Poco a poco, el término fue pasando de su significado concreto a otras de índole más abstracta.
El concepto de personalidad guarda una estrecha relación histórica y teórica con el de persona, que tiene un carácter más filosófico, y cuyos orígenes se remontan a las creencias religiosas más antiguas. Excluyendo la oscura cuestión etimológica de si el término procede del grupo PROSOPON -máscara teatral-, del etrusco Persum -cabeza o cara- o del latín per se una -unidad sustantiva-, interesa recordar que Cicerón en su obra “De officiis” distingue ya cuatro acepciones del término, que luego la psicología utilizaría también en sus definiciones de la personalidad; persona significa apariencia, es decir, la máscara con que el sujeto se presenta ante los otros; significa también cometido o rol social.

Significados de las palabras "persona" y "personalidad"

La palabra persona significó al principio lo aparente, lo postizo, es decir, el carácter del ser humano creado por el autor dramático y que el actor encarnaba en la escena. No era, por consiguiente, el verdadero carácter del actor, que quedaba oculto tras al máscara.

La definición más acreditada de persona continúa siendo la dada en el siglo III, los teólogos cambian el sentido del vocablo y entienden por persona algo inte­rior, de matiz sustancial o esencial. Y en el siglo VI, Boeclo o Boetio en el siglo VI, como sustancia individual de naturaleza nacional y añade a esta concepción el atributo de la racionalidad. Éticamente la noción de persona es, naturalmente, la condición de la responsabilidad, y su nota radical consiste en que, aunque es capaz de optar por ideales y valores, alberga en sí misma su propia finalidad y no es subordinable a fines extrínsecos.

Este origen se ve claro en uno de los significados actuales de la palabra personalidad, según el cual "ésta es una máscara que sirve para disfrazar la íntima individualidad y que representa sólo la mente colectiva" (Jung). Según esto, cada hombre, en esa comedia o tragedia que es la vida, lleva puesta una máscara que le sirve precisamente para ocultar su verdadero Yo, su Yo íntimo.

Pero la palabra que estudiamos tiene también un significado opuesto. Significa asimismo el conjunto de rasgos de toda clase propios de un individuo determinado y que lo distingue de los demás seres humanos. En este sentido, la personalidad es "lo que el hombre es en realidad", no lo que parece ser. Con la palabra personalidad se designa en este caso al Yo profundo, al verdadero Yo.

La palabra persona significó al principio lo aparente, lo postizo, es decir, el carácter del ser humano creado por el actor dramático y que el actor encarnaba en la escena.

Este origen se ve claro en uno de los significados actuales de la palabra personalidad, según el cual “ésta es una máscara que sirve para disfrazar la íntima individualidad y que representa sólo la mente colectiva”. Según esto, cada hombre, en esa comedia o tragedia que es la vida, lleva puesta una máscara que le sirve precisamente para ocultar su verdadero Yo, su Yo íntimo.

La personalidad no se hereda directamente. Se hereda una predisposición a desarrollarla dentro de ciertos límites.

El término “personalidad”, se suele asociar con frecuencia a la idea de un cierto atractivo social. Cuando decimos que alguien tiene mucha “personalidad” queremos dar a entender que cuenta con una serie de rasgos que resultan muy atractivos para los demás: simpatía, ingenio, don de gente... No es extraño, por tanto, que, coloquialmente hablando, todo el mundo aspire a “tener personalidad”, pero...

La personalidad es el término con el que se suele designar lo que de único, de singular, tiene un individuo, las características que lo distinguen de los demás. El pensamiento, la emoción y el comportamiento por sí solos no constituyen la personalidad de un individuo; ésta se oculta precisamente tras esos elementos. La personalidad también implica previsibilidad sobre cómo actuará y cómo reaccionará una persona bajo diversas circunstancias.

Personología:

El término personología se debe al psicólogo norteamericano Henry A. Murray, quien en 1938 lo utilizaba para referirse al “estudio o ciencia de Ia personalidad”.
La utilización de esta palabra ha tenido como finalidad establecer Ia separación entre el estu­dio de la personalidad y el estudio de la psicología.

En la actualidad no suele utilizarse el término personología; en su lugar se habla de “Teorías de la Personalidad”, ya que existen distintas escuelas psicológicas con hipótesis y explicaciones diferentes en cuanto a la estructura de la personalidad.

Personaje:

El término personaje se emplea con un doble sentido:
Para referirse a un sujeto distinguido.

Algunas de las definiciones de Personalidad

La personalidad es única en cada ser humano, si bien hay quienes tienen muchos rasgos en común. Ella expresa las características o formas de ser de una persona en tanto diferente de todas las demás ya que es la síntesis de la forma más habitual de conducirse física, psicológica y socialmente en las distintas circunstancias de la vida de cada uno.

· Son los factores mas o menos estables que hacen que la conducta de una persona sea consistente en diferentes ocasiones y distinta de la conducta que otras personas mostrarían en situaciones comparables
· La personalidad es menos un producto terminado que un proceso fluyente. Si bien tiene algunos rasgos estables, está al mismo tiempo sufriendo continuamente el cambio.
· Son las estructuras y procesos psicológicos subyacentes y relativamente estables que organiza a la experiencia humana
· Es la configuración única que toma en el transcurso de la historia de un individuo el conjunto de los sistemas responsables de la conducta
· Es la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determinan los ajustes únicos del individuo al medio circundante.
· El punto de partida de la personalidad es, como en la psicología general, una concepción del hombre.
· La personalidad es a la vez el resultado de la conducta y aquello que conduce, personalidad y conducta son, pues dos aspectos complementarios de una misma historia.

Muchos más conscientes del carácter del sistema propio de la personalidad son otros autores como Wundt, Stern o Allport. Wundt entiende que la personalidad se cifra en un yo unitario, consciente de sí mismo y libre. Stern acentúa en su familia de la unitas múltiplex el momento integrador y guestáltico que confiere sentido personal al conjunto de rasgos y aptitudes propios del individuo. Un personalista del siglo presente Bowne, subraya asimismo la auto-conciencia, el auto-control y las dimensiones cognoscitivas -no sólo afectivas y accionales- que caracterizan la personalidad humana. Pero quizás es el propio Allport quien de forma más lograda formula una definición orgánica de la personalidad, como “organización dinámica, interna al individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan su ajuste único a la situación”.

Warren y Carmichael conciben igualmente la personalidad como “la organización mental completa de un ser humano en cualquier etapa de su desarrollo. Incluye cualquier aspecto del carácter humano, intelecto, temperamento, destrezas, moralidad o cualquier actitud que se haya desarrollado en el curso de la vida”.

Nuestro Concepto de Personalidad

Entendemos por personalidad el conjunto de rasgos físicos, intelectuales, afectivos, volitivos y morales de un individuo, en constante interacción unos con otros, es decir, organizados en sistema. La personalidad no es la simple suma de todos esos rasgos, sino la organización de los mismos en una estructura o complejo biopsíquico dotado de unidad funcional.

La personalidad es un hábito complejo adquirido por la acción reiterada de las facultades del propio sujeto siendo estimuladas desde el interior y el exterior.

La personalidad no se hereda directamente. Se hereda una predisposición a desarrollarla dentro de ciertos límites.



Composición o Elementos de la Personalidad

Disposiciones Innatas:

El primer hecho que nos llama la atención es la singularidad, tanto del proceso como del producto. Hoy no existen discrepancias en la concepción del hombre como unidad biopsíquicas. La naturaleza humana única, espiritual y carnal se expresa en:

Temperamento.-

(del latín temperamentum, ‘medida’), peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos y de la estructura dominante de humor y motivación.
Médicos de la antigüedad como Hipócrates y Galeno distinguían cuatro tipos de temperamentos, considerados como emanación del alma por la interrelación de los diferentes humores del cuerpo: sanguíneos, las personas con un humor muy variable; melancólicos (véase Melancolía), personas tristes y soñadoras; coléricos, personas cuyo humor se caracterizaba por una voluntad fuerte y unos sentimientos impulsivos, en las que predominaba la bilis amarilla y blanca, y flemáticos, personas lentas y apáticas, a veces con mucha sangre fría, en las cuales la flema era el componente predominante de los humores del cuerpo.
Actualmente se acepta que ciertas características del temperamento se deben a procesos fisiológicos del sistema linfático, así como a la acción endocrina de ciertas hormonas. El temperamento tiene, por tanto, un porcentaje genético nada despreciable. También se acepta, de forma general, que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden llegar a influir de forma importante en la formación del temperamento de cada individuo.
Está constituido por las características afectivas más estables y predominantes. Por ejemplo,
José pide ayuda, lo hace de una forma particular que muestra su temperamento será audaz o tímido, claro o confuso. Pedro lo haría de otro modo.
Algunos rasgos del temperamento son por susceptibilidad, velocidad en las reacciones, irritabilidad, ternura, frialdad. Estas características están relacionadas con aspectos biológicos (funcionamiento glandular, sistema nervioso), pero pueden ser modificados por la influencia del medio ambiente.

Es el modo heredado e innato, de reacción ante el ambiente, basado en la constitución biopsíquica.

El temperamento se expresa claramente en los recién nacidos. Al tomarlo en brazos a un bebe, notamos que está tenso, relajado, excitado, calmo, más rápido o más lento según sus reacciones, etc. El ambiente ejerce su influencia en el bebe desde el primer momento de su vida extrauterina. (Sobre éste punto, hoy se considera que el feto también recibe las influencias del medio ambiente)

Temperamento es el conjunto de disposiciones afectivas predominantes que determina las reacciones emotivas habituales en un individuo. Se basa en la herencia biológica, y es difícilmente modificable. Representa la base constitucional de la personalidad.

Carácter.-

Conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida y que dan especificidad al modo de ser individual.
Junto con el temperamento y las aptitudes configuran la personalidad de un individuo. Con esta noción se hace referencia a disposiciones permanentes, profundas y difícilmente modificables. La génesis y estructuración del carácter han sido objeto de diversas investigaciones y propuestas teóricas. Muy conocidas son las de Klages, Lersch, Wellek, Rothacker, Lewin y Freud.
Todas ellas tienen en común la idea de que el carácter no se manifiesta de forma total y definitiva en la infancia, sino que pasa por distintas fases hasta alcanzar su completa expresión al final de la adolescencia. En cierto modo, y en tanto que aprendido, uno es responsable de su propio carácter; de ahí que el concepto se vea muchas veces teñido de una valoración moral (se ha calificado como bueno o malo) y haya sido objeto de reflexión en la educación.
Es el aspecto expresivo de la personalidad.
La condición física y las situaciones sociales moldean su temperamento conformando su carácter. Está dado por las pautas de conducta más habituales o persistentes; para ellas, se admite la influencia predominante del medio ambiente. La condición física y las situaciones sociales moldean el temperamento conformando su carácter.

Es el modo de actuar adquirido que canaliza o modifica las disposiciones del temperamento, dotando al sujeto de una forma de impronta individual que lo diferencia de sus semejantes.

El carácter se define con la intervención de la voluntad como función organizativa de las disposiciones naturales del temperamento.

Es la manera con la que más habitualmente reacciona una persona El carácter esta muy relacionado con los factores ambientales. Son las formas más típicas de conducirse de cada uno y que se van formando a través de las sucesivas experiencias de vida.

El origen de la palabra carácter es del griego, significa Marcar o Acuñar, por eso suele decirse que es la marca peculiar de cada uno.

Carácter es el conjunto de hábitos de comportamiento que se ha ido adquiriendo durante la vida. El carácter es adquirido, no innato. Se ve afectado casi siempre de una “valoración moral”. Constituye la base psíquica de la personalidad.

Personalidad es la reunión de temperamento y carácter en una sola estructura.

Actitudes:

Predisposiciones persistentes a responder favorable o desfavorablemente ante una situación dada.

Aptitudes:

Aptitud es la capacidad para hacer algo.

Rasgos:

Características constantes del comportamiento del individuo en una gran variedad de situaciones.

Constitución.-

Está dada por características somáticas, físicas, más básicas y permanentes. Depende fundamentalmente de la herencia biológica, pero no está libre de la influencia de los factores ambientales y psicológicos


Estructura de la Personalidad.-

La característica principal de la personalidad es la individualidad siendo lo físico un factor determinante en la individualidad como también el aspecto social en la diferenciación de la personalidad. Finalmente la motivación es un rasgo importante para establecer la estructura individual de la personalidad.

Los factores que intervienen en la personalidad son los siguientes:

Factores innatos o hereditarios (sistemas, humores, glándulas, etc.). La personalidad es aquello que resulta de su acción en el organismo al condicionar el modo de ser del individuo y desencadenar un determinado estilo de comportamiento que es distinto en unos individuos respecto a los otros.

Facultades humanas cognitivas (sentidos, imaginación, memoria e inteligencia) y tendenciales (apetito y voluntad). La personalidad es aquello que resulta de su acción sobre la vida psíquica del individuo generando en él un modo de ser distinto.

Estímulos medioambientales, sobre todo la educación, contribuyen a la formación de la personalidad impulsando la acción del sujeto y desarrollo de sus facultades.

Comportamiento del individuo. La personalidad psíquica es un hábito general que determina la forma de ser y la forma de conducirse en la vida.

Adquisición de la Personalidad.-

Cuando hablamos de personalidad, y más aún de su desarrollo, debemos tener bien claro la distinción entre dos conceptos: genotipo y fenotipo.
Genotipo, se refiere a las personalidades del sujeto debido a su constitución biológica, es decir, a los que podría o debería ser. Esta determinado por la herencia y el desarrollo neuropsicológico de los primeros años.
Fenotipo, se refiere a la manifestación conductual de la personalidad del individuo, o sea, lo que hace y cómo se muestra. Esta determinado por el genotipo y por los procesos de aprendizaje a los que se vea sometido el sujeto a los largo de su vida.
Tanto los factores genéticos como los ambientales juegan un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad.
Se pueden encontrar determinantes de la personalidad de un individuo incluso antes de que éste nazca. En el momento de su concepción, los códigos genéticos por parte del padre y de la madre establecerán ciertas potencialidades que más adelante serán modeladas por el desarrollo del sujeto y su interacción con el ambiente. También el estado de salud de la madre durante el embarazo, incluso su estado anímico o nutricional, pueden intervenir en la maduración del feto y, por consiguiente, en la formación de su sistema nervioso y de su personalidad.

El aprendizaje no sólo mediatiza el desarrollo neuropsicológico del niño, sino que a partir de la adolescencia y a lo largo de toda su vida puede ir modelando determinadas conductas y, por tanto, variando el fenotipo, en definitiva, su personalidad.

En los últimos años ha surgido una tendencia denominada "Psicología de la Personalidad", que trata de estudiar de manera exhaustiva la persona, es decir, el individuo humano concreto, en cuanto constituye un fenómeno único que jamás se repite.

El hábito es una cualidad no específica, que afecta al individuo determinando su modo de ser (hábito enactivo), y su comportamiento, de forma que éste resulte bueno o malo (hábito operativo correcto o incorrecto, constructivo o destructivo, conveniente o inconveniente,...).

Tanto el hábito enactivo como el operativo son importantes para la formación de la personalidad, el primero condiciona su manera de ser, y el segundo, su manera de obrar.

Las propiedades del hábito son:

· La dinamicidad (concentración de energías puestas a punto).
· El automatismo en mayor o menor grado (dejando libre las facultades para otras operaciones).
· El encadenamiento o sincronización de los movimientos.
· La compatibilidad con la conciencia y con la libertad.
· La ayuda o refuerzo para las facultades y sus órganos.
· Ahorro de energías al permitir que la facultad se libere de concentrar la atención en su trabajo.


Menos los hábitos innatos, todos los demás se producen por virtud de la repetición de actos de la misma especie, pero han de ocurrir ciertas condiciones:
A) Esto acontece, sólo cuando la acción se encuentra indeterminada por la naturaleza.
B) Esto acontece también cuando la acción mediante la cual se genera el hábito es reforzada de alguna manera.


Formación de la personalidad:

Es un proceso en el cual fuerzas biológicas y culturales se integran y hacen que el organismo funcione como una totalidad unitaria. El nacimiento es sólo un paso pues toda nuestra vida es un continuo proceso.

Desarrollo del yo como identidad:

Es el tema central de la personalidad, puesto que nos identificamos a través del mecanismo del yo. Un recién nacido no se diferencia absolutamente de nada que lo rodee y conforme pasa el tiempo, este comienza a hacer una distinción del yo y del no yo a través del aprendizaje. El primer paso es el reconocimiento de su cuerpo como algo distinto de los objetos y las personas que lo rodean. Con el tiempo surge la percepción del yo psíquico como el correr, caminar, explorar, descubrir y acumular experiencias y a los tres años el niño distingue él yo del tu pero aún no la noción del nosotros.

Desarrollo de la conciencia moral:

La conciencia moral es la función de la personalidad que consiste en comprender los impulsos, las tendencias y las acciones propias con el sistema de normas morales que han sido aceptadas como válidas por una sociedad. Es una capacidad que requiere de una motivación del aprendizaje para su desarrollo. La conciencia moral juega un papel importante en la formación de la estructura de la personalidad. La conciencia actúa para suprimir o reprimir ciertos impulsos. Para lograr estas tareas produce acciones punitivas, como la sensación de remordimiento y sentimiento de culpabilidad

La dimensión moral del concepto de personalidad es cuando afirma que este término “no se refiere a ninguna clase particular de actividad, como ocurre con el habla, el recuerdo, el pensamiento o el amor, sino a la forma en que un individuo hace todas esas cosas”.


Estados Cenestésicos y el Talante.

Cenestesia:

Conjunto de sensaciones subjetivas indefinibles que tienen su origen en el tono funcional de los órganos, músculos, vísceras, ... Es el exponente fiel del “estado general” de la vida vegetativa. Es el referente o el efecto psíquico producido por la acción o el funcionamiento correcto o incorrecto de los factores biológicos.

Hay un estado de cenestesia sana y uno enfermo o “cenesteopatía”. Las formas de este estado de cenestesia patológica son muchas, y dependen del nivel de gravedad y de la especie o dirección del estado patológico.

Talante:

Son los derivados modos de ser y de comportarse de la cenestesia. Es una cualidad psíquica que deriva de ese estado de bienestar o malestar psíquicos. Se diferencia de la cenestesia en el sentido de que es una cualidad activa del sujeto, frente a la pasividad de la cenestesia. Suele referirse al “estado de ánimo” bueno o malo en el que se encuentra un individuo en relación con la “disposición de ánimo”.

Uso de la Inteligencia y de las Ideas.-

Las ideas determinan el modo de ser psíquico accidental de cada uno y también el modo de comportarse; además no son la inteligencia, sino el resultado de su uso.
En este caso hablamos de inteligencia como un modo o hábito de ser permanente del que la posee o la usa (inteligencia adquirida).

La personalidad psicológica (1º de los hábitos) es el hábito o modo de ser y de comportarse que deriva de la posesión y uso que cada uno hace de su inteligencia. Este uso es la producción de ideas y la utilización de las mismas para el conocimiento y la transformación de la realidad o de su propio ser. Tanto las ideas como el uso que se hace de ellas es distinto en cada uno: por eso es distinta también la personalidad del que las posee.

La inteligencia implica varias cosas:

- La conciencia de sí es lo que hace que el sujeto se conozca a sí mismo y que es distinto a los demás seres.
- El juicio de la realidad le permite situarse en el mundo.
- El razonamiento le permite construir pensamientos coherentes de los cuales pueden derivarse conductas razonables o consecuentes.

Para cada una de estas tres cosas son su “modo peculiar de ser inteligente”.
La voluntad es la tendencia hacia el bien conocido como tal por inteligencia, pero los psicólogos actuales relegan a un 2º plano el factor ”inteligencia” y el factor “voluntad” a favor de los estados afectivos y la interacción medioambiental a la hora de analizar la estructura de la personalidad.

La ideología no es el conjunto de ideas que tiene un individuo, sino el modo de ser peculiar que surge en virtud de la posesión y el ejercicio de unas ideas determinadas. La ideología siempre tiene una connotación social, pero no impide que afecten al individuo generando en él un modo de ser personal o privado cuando son asimiladas.

La Libertad.-

Cada individuo es libre, ya que depende de sus decisiones, es decir, de su autodeterminación. La posesión de la libertad genera un modo de ser distinto y el ejercicio que deriva de la misma acentúa ese modo de ser particular de cada uno. La libertad no nos hace distintos, pero el modo de poseerla y ejercerla sí.
Los actos esenciales de la voluntad son “esencialmente libres”. Son libres por sí mismos, por naturaleza, pues la naturaleza de la voluntad es libre:

A) Mediante los actos de la inteligencia obtenemos conocimientos nuevos a partir de la realidad, poniendo en juego una función esencial; la ”abstracción”.

B) Mediante los actos de la razón obtenemos conocimientos nuevos acerca de nosotros mismos a partir de los conocimientos que ya poseemos; lo hacemos poniendo en juego el “raciocinio”.

Mediante la abstracción formamos ideas o conceptos, y mediante el raciocinio, construimos razonamientos.

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